Del aula a las redes sociales, Cipripedia nos acerca al mundo del arte

Cipriano García-Hidalgo es uno de los profesores que ha llegado este año a nuestro centro. Imparte Geografía e Historia en 1º y 2º de la ESO e Historia de España en 2º de Bachillerato. “Dar clase a chicos y chicas de 12 y de 18 años es muy diferente –admite-. Con los grupos de pequeños tienes que dar pautas y ser muy reiterativo. Con los mayores puedes entablar más diálogo, usar la ironía y hacerles razonar. Cada etapa tiene su encanto”.

Los pequeños le reciben en clase con su nombre en Twitter e Instagram y le piden ver sus vídeos o los de algunos de los youtubers de arte que él conoce. Y es que nuestro profesor es conocido en redes sociales como Cipripedia y es uno de los grandes divulgadores de Historia del Arte en Twitter, Instagram y YouTube, con miles de seguidores.

Más de 17.700 seguidores en Twitter

En 2014 una compañera le enroló en su proyecto de crear un blog de arte, InvestigArt, y asociado al blog abrieron cuentas en redes sociales. “Encontré una comunidad de gente interesada por el arte, la cultura y el patrimonio que interactuaba conmigo, de tal forma que de esta experiencia he acabado teniendo amigos que se han convertido en personas importantes más allá de la vida virtual” asegura Cipriano, quien dice que, a pesar de la mala fama que tiene Twitter, en esta red se encuentran rincones culturales fantásticos.

Cipriano es Historiador del Arte. Se siente cómodo divulgando lo que conoce, aportando conocimiento y poniendo en valor temas que para él son interesantes. Además, cree que la Historia del Arte es un buen camino para acercarse a otras disciplinas, como la Historia, la Literatura o la Música. 

Nunca pensó que las cosas que comentaba en redes sociales llegaran a mucha gente, y ha resultado que sí que interesan. Además, durante el confinamiento, muchas personas se refugiaban en ellas para buscar contenidos que tuvieran que ver con el arte y la cultura como bálsamo para la terrible situación. “En mi caso, traté siempre de dar un mensaje esperanzador y mostrar el conocimiento como una fuente de satisfacción personal para llenar las horas de confinamiento”, explica Cipriano, quien recuerda la moda de recrear obras de arte en casa, algo que él ya hacía con su familia y que le llevó a crear el popular hashtag #OrgulloBarroco.

Aunque es muy modesto, Cipriano es uno de los grandes divulgadores de Historia del Arte en nuestro país, junto a Miguel Ángel Cajigal (@elbarroquista), Sara Rubayo (@sararubayo) o Luis Pastor (@Luis_pastor), cuentas con las que comparte muchas experiencias.

Vídeos originales que captan fácilmente la atención

El canal de YouTube lo abrió para poder subir vídeos largos y enlazarlos a Twitter. No se considera un youtuber, en realidad dice que es todo lo contrario a lo que sería un youtuber profesional. “Cuando hay una noticia, me llega un nuevo libro o se me ocurre un tema que creo que puede ser interesante (que luego uno nunca sabe si va a funcionar o no) pienso en un esbozo de lo que quiero contar y apunto solo los datos importantes que no sea capaz de memorizar. Sin guion y sin mucha más preparación me lanzo a grabar tratando de ser correcto, claro y cercano en la explicación. Una vez grabado, solo edito para añadir imágenes que apoyen visualmente el discurso, sin florituras técnicas”, así explica Cipriano su proceso de creación de vídeos.

Colabora con el canal el Pasquino, donde hacen vídeos sobre la actualidad de la Historia del Arte y con algunos medios de comunicación. Hace unos meses, Infolibre le pidió un vídeo sobre la vida de Caravaggio, y se le ocurrió hacer uno con una alcachofa, porque es fundamental en una de las peleas más famosas del pintor. “Este elemento, que en principio no relacionaríamos con la Historia del Arte, es el que sirve para captar la atención de la audiencia. Eso es importante. La creatividad y la originalidad son fundamentales para que el mensaje llegue”, asegura el profesor, para quien la espontaneidad y la frescura son otros aspectos a tener en cuenta. 

Explicar algo a través de un vídeo en YouTube y hacerlo en una clase llena de alumnos no dista mucho. “La mayor diferencia es el tono –reconoce-, la manera en la que te explicas, sobre todo porque en clase tienes un feedback instantáneo en las caras de los alumnos. Durante el confinamiento grababa vídeos para YouTube y vídeos para mis alumnos explicando la materia, y usaba el mismo formato, aunque creo que nada puede sustituir a dar clase, a ver las reacciones en persona”. 

Los alumnos le siguen en Instagram

También abrió un Instagram porque le gusta la fotografía, y en los últimos meses ha tenido un aluvión de seguidores. “Es la red social en la que ha encontrado a más alumnos. Yo no les sigo. Ellos muestran su vida en redes y creo que como docente hay cosas que no necesito ver o saber, para no contaminar nuestra relación. Me gusta decirles que cuiden mucho qué contenidos comparten en redes y quién puede verlos, es un mundo potencialmente peligroso si no se sabe mantener cierta intimidad”. 

Al tener su cuenta pública, sabe que la mayoría de sus alumnos entran a buscarle, por curiosidad, porque no es habitual que un profesor tenga actividad fuera del aula, y en muchos casos los chicos y chicas muestran su interés por lo que sube. “Suelen comentarme las publicaciones de Instagram y en algunos casos sí que he subido cosas pensando en ellos, mensajes de ánimo en los exámenes, reflexiones sobre la educación o sobre los valores que deberíamos defender en la escuela”.

Sus contenidos no están directamente relacionados con las asignaturas que imparte en el IES Altaír, pero sus publicaciones y vídeos sirven para generar interés en sus alumnos en el arte y la cultura en general. Además, al usar un lenguaje que ellos perciben como más cercano, les ayuda a verle como una persona accesible y a generar un ambiente de confianza mutua en el aula.

Hay otros profesores de secundaria que utilizan las redes sociales como nuevas herramientas de enseñanza, que tienen perfiles y comparten con sus alumnos las cosas que aprenden en clase o que hacen vídeos muy didácticos. Para Cipriano, estos lenguajes son el futuro y han resultado muy eficaces como recursos para los tiempos de confinamiento, aunque cree que no hay que olvidar que lo importante son los contenidos y no la forma de exponerlos.

Comentarios